por: Ricardo Cabral
Luego de un año de reuniones en torno a discusiones sobre la utilización de nuevos soportes en la música, la situación de la literatura autogestionada y la necesidad de generar actividades que puedan ser traducidas a la comunidad con un discurso y accionar pertinente, surge Diálogo Beat en diciembre de 2004. La presentación en sociedad fue efectivizada en continuo a través de las diferentes disciplinas que integran el colectivo, y la exhibición de las obras editadas: los cds Nabhi, de Lexdinamo; Mulitac, de Yamil Burguener; 575 mb, de Simbad; y los libros en formato booklet Pitbullterrier, de Jaime Díaz Gavier y 1er Set, de Ricardo A. Cabral.
Desde entonces, se sucedieron dos planes de efectivización en sinergia con otros centros de producción cultural, con resultados satisfactorios y proyecciones de interrelación con otros colectivos.
+info: www.dialogobeat.com.ar
COMPARTIENDO CAPITAL DESDE EL PLEXO
Si bien la ciudad de Córdoba ha sido proclive a cruces constantes en diferentes disciplinas, promovidos por su situación geográfica y el enclave universitario, los intercambios entre artistas o referentes de diferentes ciudades sin linkear con la Capital Federal han sido muy escuetos.
Compartiendo Capital se abre para los residentes en la ciudad mediterránea como una posibilidad de revertir esta situación y de comenzar a pensar itinerarios diversos en tanto a la construcción de sentido, los encuentros con experiencias variopintas, la discusión en torno a tópicos comunes.
Hablar de Diálogo Beat per se no sólo resultaría una exposición cercenada, si no que desprendida de su contexto y pasado reciente, en relación a otros hitos de producción nacidos al calor de la autogestión, es prácticamente nula.
Además, la curiosidad que despierta la actividad incansable de Planeta X durante más de una década, resulta un atractivo tangencial a la hora de develar interrogantes por demás ampulosos para comprender la situación actual de los agentes involucrados en el ámbito independiente.
Agradezco inmensamente la posibilidad de haber sido integrado a La Casa durante cuatro días, convivencia que jamás olvidaré por su intensidad, la apertura de sus integrantes, el trato afable que dignifica. Y es entonces cuando puedo abrazar aún más el vocablo “hermanx” desde la voz de quienes lo acuñaron, concientes de que la única mediación con este mundo que deja afuera a la gran mayoría, es la unidad como principio de toda construcción emplazada hacia dentro y fuera.
En tanto a la historia de Diálogo Beat –pequeña y demasiado reciente como para establecer conclusiones grandilocuentes, ya que luego de la visita, mucho queda por aprender-, podrán encontrar en la sección Historial en los próximos días un detalle despuntando nuestras actividades pasadas, además de comments en relación a proyectos ulteriores (luego de la estancia en Rosario buena parte de los contenidos han sido reformulados).
Quería dejarlos tan sólo con algunas pistas para avizorar los últimos diez años de autogestión en Córdoba, sobre todo en su arista sonora, ya que es la que más desarrolló Planeta desde diferentes estéticas, haciéndolas convivir, compartiendo equipamiento –eso es realmente increíble-, trabajando en conjunto para que todo se traduzca en un catálogo que pronto llegará a los 60 títulos.
Quedan fuera las apreciaciones y valoraciones sobre espacios que quizá puedan ser observados en un futuro por sus tutores, como la Casa 13, la Coordinadora Teatral Independiente o las Jornadas de Arte Digital. Las líneas que tiendo, son nada más un ligero esbozo, como para refrescar lo acontecido en la república de los elementos mínimos.
LA REVUELTA HACIA LOS NUEVOS SOPORTES
A pesar del ímpetu que generó en las bandas locales el espíritu Nuevo Rock , sus componentes lidiaron a mediados de los 90s con viejas restricciones de la Ley de Espectáculos Públicos de la Municipalidad de Córdoba y la carencia de vías de acceso fuera de las convenciones. Muchos vieron frustradas las posibilidades de desempeñar una senda profesional como músicos ante la falta de sitios donde tocar, o de programas que la Dirección de Cultura debía proveer, para promover una contención de la generación en vilo. Además de un aumento notable de conciertos con grupos porteños, donde los productores los relegaron a una mera categoría “soporte”, y la prensa radiofónica de la isla mediterránea los subvaloró con demasiada consideración, relegándolos fuera de rotación y cobrándoles cachés onerosos para dar vuelta cinco días a la semana, o metiéndolos a todos en unitarios especializados. Es en ese marco que algunos rockers comenzaron a probar suerte con menor equipamiento, para evitar sostener una sala de ensayo, adquiriendo una pc y dándole a la guitarra y a un no tan perimido Fruity Loops.
Por otro lado podía situarse a todos esos muchachos / as vinculados a la Electroacústica en la Universidad, sujetos a ese tremendo peso de la historia reciente que habían forjado tipos como Bazán: construyendo desde la precariedad, sorprendiendo al mundo desde la periferia. Entonces no hubo mejor idea que la de una parcela rebelde, en indagar con los nuevos soportes, más bien con los que contaban pero sitiándolos desde la electrónica. Quizá el cruce se estableció aún más cuando los doctos se metieron con autodidactas de las pistas de baile, e impartían live sets aún sin saber de carátulas. O en las fiestas culturales lúdicas en circuitos atípicos, el espasmo de las raves, los centros culturales abriendo las puertas para escuchar sonidos digitales o analógicos, cruzándolos con bandas de reggae como Los Rústicos Del Viejo Sueño o los funk rock Armando Flores. Muy pocas bandas sobrevivieron a la década extensa – en el marco de una Argentina lisiada por la conducta de desmadre que rasgaba todos sus flancos-, y la falta de articulación de pequeñas escenas y posibilidades de profesionalización, sin recurrir a la gran prueba de suerte oficiada por la Buenos Aires que todo lo ve , pasarían varios interludios hasta poder dar cuenta de alguna manifestación contundente posible.
Pero el intercambio propiciado entre músicos de diferentes extracciones, dispuestos a tratar con nuevas tecnologías fue en franco ascenso, pese a los costos magnánimos de determinados softwares luego de 2001. Uno de los pioneros de la electrónica local, Andrés Oddone, se encargó de acortar la distancia entre artistas emergentes, y los reunió –literalmente- junto a una mesa para “tomar la leche” a las cinco de la tarde, los días sábados. Allí se realizaron intercambios de material y de programas, se produjeron conversaciones con visitantes de turno que acercó el Goethe o el España Córdoba. Ahí fue cuando un click los hizo recapitular sobre sus ansias de triunfar en la Capital Federal, y comenzar a articularse en dos compilados fundamentales, que apuntaron a una circulación acotada y foránea: Visionario, Córdoba Electrónica 01 / 02 (CCE C) y www.casadejuego.com.ar . El primero, integral de artistas locales, con un tercio ya dando vueltas por el globo; y el segundo, con carácter federal, surgido de una toma de 30 segundos en una sala de juegos. Hubo un tercero por parte del Goethe también, pero que al momento parece haberse diluido en la frondosa experiencia de Trans Argentinian Express realizado en Casa Babylon como sede de préstamo de la institución prusiana.
Luego de 2001, los que se quedaron reconstruyeron la escena buscando otros sitios ajenos al circuito frecuente erigido luego de la hora cero, en centros culturales donde hubo que aportar infraestructura, o hasta en galerías céntricas en el turno tarde. También comenzaron a aparecer nuevas voces, y las bandas que todavía pululan sin condensar más que un centenar de espectadores manifiestan un carácter superlativo, con rasgos estéticos originarios difícil de situar en otras ciudades de la Argentina. Un sello de kraut y humor remozado –MUN-; grupos que se aúnan a otros para ofrecer ritmos digitales cruzados con instrumentación tradicional; netlabels como el temático www.newfolder.com.ar o el indie www.superclima.com.ar ; y el colectivo Diálogo Beat, más cerca de la proliferación de actividades que distan de las performances tradicionales de músicos electrónicos, cruzándose con otras disciplinas, que de la proliferación de cds como sello sonoro.
Asimismo, los titulares de la primera época que nacieron con unas pocas referencias metodológicas para generar actividades y emplazar sus obras, año a año pegan giras por la vieja Europa –y ahora también en otros sitios de Latinoamérica-, brindando otras estéticas sonoras vigentes en Argentina, más allá de las tendidas por el esnobismo de las grandes metrópolis pergeñadas en serie y al hálito de la moda.
MINI PLUS
Resumir los enclaves de la ciudad en tan escuetas líneas puede sonar irrisorio, pero habrá segunda vuelta: el mes entrante un ensayo más compacto podrá despuntar cada uno de los visos expuestos y la puesta en relación con otras disciplinas.
Debo hacer mención aparte a la reunión que presencié en La Casa un día antes de partir: las discusiones en torno a la fragilidad que supone la autogestión en un marco cada vez más vulnerable a las nuevas prácticas de gestión cultural de tino avasallante. ¿Habrá llegado la hora de replantear algunos tópicos que operan en el entorno rebasando ideas originarias de subsistencia y producción? ¿Cuál será la forma de articular el trabajo sin ceder a viejas prácticas que pueden lisiar la independencia de nuestras obras?
Espero que en un futuro próximo podamos encontrarnos a compartir nuevas actividades en conjunto, y a construir nuevos espacios favorables a las ideas que nacen desde un pulso libre y sustancial para continuar creciendo.
Un abrazx grande!!!!!!
Ricardo